domingo, 9 de agosto de 2009

DICCIONARIO FILOSOFICO
HUMANISMO0OOOO
En un sentido amplio, llámese humanismo al sentimiento individual y colectivo de una civilización en la que destaca de manera prominente la admiración, exaltación y elogio de la figura humana y el Hombre, entendido éste no como figura masculina, sino como género humano, en que florecen la cultura, el deporte, el arte y todo el quehacer humano se vuelve trascendente. Su objetivo es enaltecer la dignidad humana. En la Historia ha tenido lugar en muy pocas ocasiones: durante el siglo de oro en Grecia, retomado éste en el renacimiento europeo, el idealismo alemán y posteriormente en un sinnúmero de puntos aislados de la historia. Hoy atraviesa una profunda crisis.
En su sentido específico, el humanismo es un movimiento intelectual,
filológico, filosófico y artístico europeo estrechamente ligado al Renacimiento cuyo origen se sitúa en el siglo XIV en la península Itálica (especialmente en Roma, Venecia y Florencia). Retoma el antiguo humanismo griego del siglo de oro y mantiene su hegemonía en buena parte de Europa hasta fines del siglo XVI, cuando se fue transformando y diversificando a merced de los cambios espirituales provocados por la evolución social e ideológica de Europa, fundamentalmente al coludir con los principios propugnados por las Reformas (luterana, calvinista, etc.), la Contrarreforma católica, la Ilustración y la Revolución francesa del siglo XVIII. El movimiento, fundamentalmente ideológico, tuvo así mismo una estética, el clasicismo renacentista, plasmada, por ejemplo, en un nuevo tipo de letra, la redonda conocida como letra humanística, imitada de la letra uncial latina antigua, que vino a sustituir poco a poco a la letra gótica medieval.
ESCOLASTICA
La escolástica es el movimiento teológico y filosófico que intentó utilizar la filosofía grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del cristianismo.
Dominó en las escuelas (en
latín scholae) catedralicias y en los estudios generales que dieron lugar a las universidades medievales europeas, en especial entre mediados del siglo XI y mediados del XV.
Su formación fue, sin embargo, heterogénea, ya que acogió en su seno corrientes filosóficas no sólo grecolatinas, sino también
árabes y judáicas. Esto causó en este movimiento una fundamental preocupación por consolidar y crear grandes sistemas sin contradicción interna que asimilasen toda la tradición filosófica antigua. Por otra parte, se ha señalado en la escolástica una excesiva dependencia del argumento de autoridad y el abandono de las ciencias y la empiria.
La escolástica fue la corriente teológico-filosófica dominante del pensamiento
medieval, tras la patrística de la Antigüedad tardía, y se basó en la coordinación entre fe y razón, que en cualquier caso siempre suponía la clara sumisión de la razón a la fe (Philosophia ancilla theologiae -la filosofía es esclava de la teología-). Pero también es un método de trabajo intelectual: todo pensamiento debía someterse al principio de autoridad (Magister dixit -lo dijo el Maestro-), y la enseñanza se podía limitar en principio a la repetición o glosa de los textos antiguos, y sobre todo de la Biblia, la principal fuente de conocimiento, pues representa la Revelación divina; a pesar de todo ello, la escolástica incentivó la especulación y el razonamiento, pues suponía someterse a un rígido armazón lógico y una estructura esquemática del discurso que debía exponerse a refutaciones y preparar defensas.
RACIONALISMO
El racionalismo (del latín, ratio, razón) es una corriente filosófica que apareció en Francia en el siglo XVII, formulada por René Descartes, que se opone al empirismo y que es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con el empirismo, que resalta el papel de la experiencia sobre todo el sentido de la percepción.
El racionalismo ha aparecido de distintas formas desde las primeras etapas de la filosofía occidental, pero se identifica ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico francés del siglo XVII René Descartes, quien creía que la geometría representaba el ideal de todas las ciencias y también de la filosofía. Mantenía que sólo por medio de la razón se podían descubrir ciertas verdades universales, evidentes en sí, de las que es posible deducir el resto de contenidos de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí eran innatas, no derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado por otros filósofos europeos, como el holandés
Baruch Spinoza y el pensador y matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz. Se opusieron a ella los empiristas británicos, como John Locke y David Hume, que creían que todas las ideas procedían de los sentidos.
El racionalismo epistemológico ha sido aplicado a otros campos de la investigación filosófica. El racionalismo en ética es la afirmación de que ciertas ideas morales primarias son innatas en la especie humana y que tales principios morales son evidentes en sí a la facultad racional. El racionalismo en la filosofía de la religión afirma que los principios fundamentales de la religión son innatos o evidentes en sí y que la revelación no es necesaria, como en el deísmo. Desde finales del año 1800, el racionalismo ha jugado sobre todo un papel antirreligioso en la teología.
ENCICLOPEDISMO
El enciclopedismo es el movimiento filosófico y pedagógico expresado a través de la Enciclopedia publicada en Francia en el siglo XVIII por Diderot y D'Alembert
A través de este movimiento se buscó desarrollar una obra monumental, que constaba de 28 volúmenes (17 de texto y 11 de láminas), en la que se resumiría el pensamiento ilustrado de la época, es decir, todo el saber de su tiempo, y que se denominó Enciclopedia. El primer volumen prologado por D'Alembert, apareció en 1751, y el último en 1772. En 1776-1777 se publicó un suplemento de seis tomos. En la enciclopedia se incluía tanto textos científicos como dibujos de las nuevas máquinas.
IDEALISMO
En filosofía, Idealismo designa las teorías que —en oposición al Materialismo— sostienen que la realidad extramental no es cognoscible tal como es en sí misma, y que el objeto del conocimiento está pre formado o construido por la actividad cognoscitiva.
Las distintas variantes de idealismo postulan distintos principios que modelan y conforman nuestra imagen del mundo de una manera determinada;
la entidad en sí de lo real permanece en principio incognoscible, aunque la
reflexión permita aproximarse asintóticamente a un conocimiento más refinado, en las teorías del idealismo subjetivo o trascendental.
En el caso de las teorías del
idealismo objetivo, esta doctrina epistemológica se complementa con la teoría metafísica de que el objeto conocido no tiene más realidad que su ser pensado por el sujeto; mediante la auto conciencia de éste, la verdadera esencia del objeto se devela como la actividad subjetiva de pensamiento como algo real y no abstracto.
La definición que antecede corresponde, dentro de las escuelas filosóficas, al idealismo alemán y en concreto a
Kant. No obstante Kant es al mismo tiempo materialista, pues contempla la existencia del mundo exterior, independientemente del hombre, cognoscible para éste, aunque no en su totalidad; la cosa en sí es para Kant un residuo del idealismo. El objeto del conocimiento es, y es una perogrullada, conocer, y ello no es una actividad exclusiva del hombre. Esta oposición formal o académica, que de suyo se comprende, oculta sin embargo la esencia de la filosofía, es decir, la relación entre el ser y el pensar; dualismo entre ambos o identidad. ¿Es el mundo "real" como lo muestran nuestros sentidos? o ¿es parte sí, parte no? ¿Puede el hombre conocer la cosa en sí de Kant; la esencia de la materia?
El idealismo distingue, por lo tanto, entre
el
fenómeno (del griego φαινομαι, fainomai, "mostrarse" o "aparecer"), que es el objeto en tanto que es conocido (como "aparece" frente a los sentidos y la inteligencia),
y el
noúmeno (del griego νοεω, noeo, "comprender" o "inteligir"), que es el objeto tal como sería en sí mismo.
La realidad para el idealismo no consistirá en aquello que está frente al sujeto como algo dado que existe por si mismo, sino en aquello que está en el sujeto como "un contenido de su conciencia"
Las características principales de este movimiento, resumiendo, son:
No conocemos las cosas tal y como son en sí (
noúmeno), sino lo que aparece (percibimos) aquí y ahora (fenómeno).
El sujeto construye, al menos en parte, el objeto: para Kant el sujeto es activo en el sentido de que influye en lo conocido a partir de sus estructuras aprióricas y de los procesos que en ellas descansan.
El conocimiento es independiente de la experiencia, porque los objetos del conocimiento son los juicios a priori.
Pero al conocimiento sólo se puede llegar a través de la experiencia porque el objeto del conocimiento son los juicios sintéticos.

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